Historia bajo el castaño

Biografía de Pedro Roiz Colio

Pedro Roiz Colio nació en 1909 en Salceda (Cantabria). Trabajó como serrador durante toda su vida, mientras trabajaba perdió un ojo, llevando desde entonces uno de cristal. En uno de sus viajes de trabajo a Asturias conoció a la tevergana Santa Menéndez López, con quien se casó en Villanueva de Teverga el 21 de Noviembre de 1929. Tuvieron tres híjos: David, Angeles y Flor.

Durante la II República, la famílla se fue a vivir a Polaciones (Santander) por las mejores oportunidades económicas que la región ofrecía a Pedro para trabajar en su oficio de serrador. Allí vivieron hasta que, tras la derrota republicana en la Batalla de Santander en Septiembre de 1937, huyeron a Villanueva de Teverga (Asturias), aún en poder de la República.

Cuando finalmente cayó Asturias en manos de los sublevados, Pedro, de ideas socialistas, se escondió en el monte. Su mujer, Santa, le llevaba comida de vez en cuando a escondidas mientras cuidaba de sus tres hijos pequeños.

En 1940 fue herido en una pierna y capturado por la Guardia Civil mientras bebía en un arroyo del monte, y le trasladaron a los calabozos en La Plaza. De camino se encontró con su esposa y sus tres hijos, con los que habló y a los que vio por última vez.

Aunque la intención de la Guardia Civil era trasladarlo detenido a Oviedo para que fuese juzgado, dos vecinos falangistas del pueblo (uno de ellos cuñado suyo) que tenían deudas económicas con Pedro presionaron a los guardias civiles para poder llevArselo a "dar un paseo con él". A pesar de que al principio la Guardia Civil se negó, uno de esos falangistas contactó con un amigo suyo que era sargento del Ejército y estaba acuartelado en la Fábnca de Armas de Trubía y finalmenle, tras presentarse su amigo ante la Guardia Civil y amenazar con denunciarlos, los guardias civiles acaban entregándoselo. Estos se lo llevaron a un prado en mitad de la carretera entre Las Ventas y Caranga de Abajo. y lo fusilaron junto a un castaño, el día 14 de abril de 1940.

Poco después, su mujer Santa, trás enterarse de la noticia rumoreada por los vecinos, se acercó al prado en cuestión, donde encontró a Pedro medio tapado por unas hojas. y con ayuda de un fotógrafo del pueblo lo limpió y aseó, le puso un pitillo en la boca y un periódico en las mamos y le hizo una foto. Posteriormente, lo enterraron en un lugar no conocido exactamente, presumiblemente debajo del castaño donde fue fusilado.

Destaca el gran valor con el que su mujer, Santa, tras la muerte de su marido, luchó activamente tanto por sus hijos como por el reconocimiento de su matrimonio y de la muerte de su marido, en medio de un contexto de represión en la posguerra.